A y B caminaban por la calle en direcciones encontradas. Cuando sólo faltaban unos pocos metros para que se produjera la fatal colisión, ambas se detuvieron y quedaron situadas exactamente una frente a la otra.
A, que estaba acostumbrada a ser la primera, fue quien rompió el hielo:
A: Oye, ¿qué te parece si nos volamos el cráneo con este revolver?
B: Bueno… no sé yo. Es Nochebuena y me esperan para cenar en casa.
A: ¡Venga chica, que un día es un día!
B: Mmmm… venga, vale. Está bien. A ver, ¿quién se dispara primero?
A: Lanzaré una moneda al aire y lo echaremos a suertes…
B: De acuerdo. Yo pido cara.
A: Y yo cruz.
Vecinos y transeúntes pudieron escuchar los disparos que acabaron con la vida de las dos primeras letras del alfabeto castellano. Pero muchos de ellos, y también de los otros, y de nosotros, nunca llegaron a notar que la A y la B se habían ido para siempre.
Este relato fue presentado al I CONCURSO DE RELATOS HIPERBREVES, organizado por el blog LA SIGUIENTE LA PAGO YO, y el pasado mes de Abril fue seleccionado para ser publicado en dicho blog. Aquí os dejo el enlace original:
Y estuvo entre los elegidos. Lo malo es que, como en "los Inmortales", "sólo puede quedar uno". Un abrazo de los de Lasiguiente...
ResponderEliminarMenos mal que aquí no se trataba de amputar cabezas... ¡Otro abrazo para vosotros, zagales! Es un placer veros por aquí.
EliminarEn lasiguientelapagoyo acabo de hacer elsiguientecomentario:
ResponderEliminar"Lógico. Ruleta rusa: en la recámara, una sola bala. El disparo. Muy solidario con el difunto sería el ganador, pero también muy bobo, si a continuación carga el revólver con otra bala y acaba disparándose a sí mismo él también. Con el subidón que en estos casos debe dar la supervivencia... No lo digo, todavía, por experiencia propia. Además, puede ser que yo no haya entendido del todo el relato. Gracias por él".
Mucha salud.